SEMANA TRAGICA (imagen de 1918 Buenos Aires, Argentina)
Durante el gobierno de Yrigoyen y a fines de 1918 en los talleres metalurgicos Vasena se concentra la protesta de los obreros. Los primeros dias de 1919, de Parque de los Patricios, se organizó una huelga general de los obreros, entre el 10 de enero y el 13 de enero ya estaban adheridos casi todos los gremios de los trabajadores, en reclamo de una jornada laboral de 11 a 8 horas y un incremento de los salarios, que no tenga sentido el despido, y el descanso dominical. La represalia al mando del general Luis Dellepiane que mando a las tropas del campo de mayo; dejo un saldo de 700 muertos y 3000 mil heridos.
Se conoce como la Semana Trágica a una serie de huelgas y manifestaciones, sucedidas en Buenos Aires en enero de 1919, reprimidas por el gobierno del presidente Hipólito Yrigoyen, utilizando al Ejército Nacional y comandos paramilitares. La represión de la Semana Trágica , dejó un saldo de 700 muertos y 4.000 heridos (según datos de un obrero de los talleres Vasena). Se la conoce como "el primer pogrom en América Latina", ya que, además de la represión de la polícia y Liga Patriótica contra los obreros, se atacó a la comunidad judía local.
Para esa época estaba viva entre los obreros la llama de la revolución social; corrientes de pensamiento revolucionario socialista y anarquista habían llegado a las costas del Río de la Plata de la mano de la abundante inmigración europea. Las recientes experiencias de la Revolución mexicana y la Revolución Rusa eran además vistas como un estímulo por los obreros y como una amenaza por las clases dominantes. Simultáneamente, se daba en Buenos Aires un incipiente proceso de industrialización en forma paralela al modelo agroexportador imperante, lo que permitió la formación de un proletariado urbano.
Los sucesos comenzaron el 7 de enero con una huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena en la Ciudad de Buenos Aires, que se encontraban donde hoy se encuentra la Plaza Martín Fierro (Barrio San Cristóbal). Los huelguistas reclamaban la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas, mejores condiciones de salubridad, la vigencia del descanso dominical, el aumento de salarios y la reposición de los delegados despedidos. El Departamento Nacional del Trabajo habìa hecho lugar a los reclamos obreros y dispuso satisfacer las demandas que fueron desoídas por la parte empresaria.La empresa intentaba seguir funcionando con obreros rompehuelgas provistos por la Asociación Nacional del Trabajo, una asociación patronal. Un disturbio entre los obreros en huelga terminó con la intervención de la policía, que disparó con armas largas contra la multitud. Los disturbios no tardaron en extenderse a las zonas cercanas, con rotura de vidrios y levantamiento de adoquines de las calles. El saldo fue de cuatro obreros muertos y más de treinta heridos, algunos de los cuales fallecieron después.
En repudio a este hecho las asociaciones obreras del momento, la Federación Obrera Regional Argentina del IXº Congreso (FORA del IXº), socialistas, comunistas y sindicalistas revolucionarios y la Federación Obrera Regional Argentina del Vº Congreso (FORA del Vº), anarquistas, propiciaron una huelga general que se dio a partir del día 9 de ese mes. Desde las 15:00, numerosos obreros se convocaron para asistir al entierro de los asesinados el día 7. A las 17:00, llegaron al Cementerio de la Chacarita de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, mientras se oía el discurso de uno de los delegados, un grupo de policías y bomberos armados abrió fuego sobre la concurrencia. El diario La Prensa contabilizó 8 muertos, el diario socialista La Vanguardia elevó la suma a más de cincuenta. Este incidente marcó el inicio de una lucha desordenada y caótica contra la policía.El presidente Yrigoyen destituye al jefe de policía y pone al frente a su propio vicepresidente en ejercicio.
De entre las clases altas surgieron grupos paramilitares, como la llamada Liga Patriótica Argentina, creados para defender los valores conservadores, la tradición y fundamentalmente la propiedad. Estos grupos no dudaron en perseguir y matar a dirigentes obreros, anarquistas, pero también arremetieron contra todo aquel que pareciera extranjero. Así, apalearon y detuvieron a judíos (en lo que fue el primer pogrom que se produjo en Latinoamérica),1 rusos, polacos y alemanes, entre otros.El gobierno con el nuevo jefe de policía ordenó cerrar los locales de la liga patriotica y prohibió a la agrupación. El caso de los judíos fue notorio por el alto grado de antisemitismo de estos grupos. Según fuentes obreras (el periódico ‘La Vanguardia’ del 14 de enero), el saldo de la Semana Trágica fue de 700 muertos y 4.000 heridos. De la pequeña comunidad judía hubo 1 muerto y 71 heridos.
"El barrio judío de Once fue atacado con saña por las bandas patrióticas que se dedicaban a la “caza del ruso”. Allí fueron incendiadas sinagogas y las bibliotecas Avantgard y Poale Sion. Los terroristas de la Liga atacaban a los transeúntes, particularmente a los que vestían con algún elemento que determinara su pertenencia a la colectividad. La agresión no respetó ni edades ni sexos: ancianos eran arrastrados por caballos y finalmente deshechos por los cascos de las bestias; hubo torturas, especialmente de judíos, en las comisarías y al grito de "viva la patria, mueran los maximalistas y todos los extranjeros".2 Los “defensores de la familia y las buenas costumbres” arrastraban de los pelos a mujeres y niños"3
En resumen, la violenta represión de la policía, el ejército sumado con la violenta actuación por iniciativa propia en forma corporativa y sin orden del poder civil; junto a la Liga Patriótica Argentina, causaron sosobra y represión. Luego las presiones del Yrigoyenismo para que Pedro Vasena, dueño de la fábrica, aceptara los reclamos de los obreros lograron dar punto final al movimiento el 17 de enero de 1919.
De todos modos, los obreros superaban a los policías y los grupos paramilitares; el diario La Prensa mencionaba la amenaza de "guerra revolucionaria". Ante esta situación el embajador inglés intentó una reunión con Yrigoyen que no lo recibió y lo mandó a "retirarse" de la casa de gobierno,la ciudad bajo las órdenes militares del coronel Luis Dellepiane, quien movilizó tropas por toda la ciudad, dando lugar a semanas de enfrentamientos en las calles que dejaron un saldo cercano a los 1.000 muertos. Posteriormente la situación fue medianamente controlada y el Ministerio del Interior ofició de interlocutor con los obreros, quienes consiguieron aumentos que iban en el rango del 20 al 40%, además de la liberación de los dirigentes de la FORA.
La película "Un pogrom en Buenos Aires" de 2007, dirigida y guionada por Herman Szwarcbart, representa esta masacre. Eliahu Toker, Leonardo Senkman, Gabriel Feldman, Eduardo Vigovsky, Sammy Lerner y Zelko Szwarcbart son algunos de los actores que protagonizaron esta película. El film se estrenó en el 9º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) en abril de 2007 y luego fue exhibido en numerosos festivales de cine en Argentina, América Latina, Estados Unidos, Europa e Israel.
El enfrenatmiento entre obreros y policías de la semana trágica también aparece descrita en una escena de la película La Madre María (1974).
Al menos tres obras literarias de reconocidos escritores argentinos representan los sucesos de la Semana Trágica. Una de ellas es "En La Semana Trágica", una novela histórica de David Viñas, publicada en 1966, que narra la historia relatada por los agresores.
Otra es "El Profundo Sur" de Andrés Rivera, publicada en 1999, que representa la historia desde la perspectiva de cuatro personajes: el victimario (un tirador que dispara contra un joven), una víctima accidental (peatón que muere recibiendo la bala que iba dirigida al joven), un sobreviviente (el joven a quien iba dirigida la bala) y un testigo de los hechos.
La más reciente es una obra teatral de Mauricio Kartun, "Ala de criados" (2009). La acción de la obra transcurre durante la Semana Trágica en el Pigeon Club de Mar del Plata, sitio de veraneo privilegiado de la aristocracia de la época. La violencia de clase, sexual y racial se desenvuelven en la ciudad balnearia en simultáneo con la represión que se está produciendo en Buenos Aires y que aparece de modo elíptico en la obra.
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