martes, 13 de julio de 2010

Cosmos By Carl Sagan - Un Viaje Personal - Una Voz en la Fuga Cósmica





Hiparco de Nicea





Hiparco fue un astrónomo, geógrafo y matemático griego (nacido en Nicea alrededor de 190 a. C. - y muere alrededor de 120 a. C.). Nace dos años antes de la muerte de Eratóstenes, del que fue sucesor en la dirección de la Biblioteca de Alejandría. Entre sus aportaciones cabe destacar: el primer catálogo de estrellas, el descubrimiento de la precesión de los equinoccios, distinción entre año sidéreo y año trópico, mayor precisión en la medida de la distancia Tierra-Luna y de la oblicuidad de la eclíptica, invención de la trigonometría y de los conceptos de longitud y latitud geográficas.
Elaboró el primer catálogo de estrellas que contenía la posición en coordenadas eclípticas de 1080 estrellas. Influyó en Hiparco la aparición de una estrella nova, Nova Scorpii en el año 134 a. C. y el pretender fijar la posición del equinoccio de primavera sobre el fondo de estrellas.
Con el propósito de elaborar dicho catálogo Hiparco inventó instrumentos, especialmente un teodolito, para indicar posiciones y magnitudes, de forma que fuese fácil descubrir sí las estrellas morían o nacían, si se movían o si aumentaban o disminuían de brillo. Además clasificó las estrellas según su intensidad, clasificándolas en magnitudes, según su grado de brillo.
De sus trabajos, según numerosas fuentes secundarias, sólo nos ha llegado el Comentario a Arato y Eudoxo. Dicho comentario consta de tres libros, comentando tres escritos distintos: un tratado perdido de Eudoxo en el que describía y daba nombre a diversas constelaciones, el poema astronómico Los fenómenos de Arato del s –III y que se basaba, al parecer, en otro escrito de Eudoxo y, por último, el comentario que Atalo de Rodas escribió, poco antes de la época de Hiparco, sobre el poema de Arato. Dados estos datos y los que aparecen en el Almagesto, la principal fuente escrita de información sobre él, su relevancia para la historia de la astronomía resulta muy difícil de evaluar: mientras unos historiadores han minimizado la importancia de su obra a favor de las de Apolonio o Ptolomeo, otros le atribuyen la mayor parte del Almagesto de este último autor. Ninguna de estas dos opiniones contradictorias pueden ser consideradas exactas. Lo que sí se sabe con seguridad es que, en su época, Hiparco era una autoridad, el mayor astrónomo.
Por otro lado, inventó la trigonometría esférica que incrementó el potencial del cálculo; renovó las matemáticas, herramienta esencial de la cosmología, astrofísica y astronomía, a la que perfeccionó con nuevos instrumentos. Conocedor de la distancia y de los movimientos de la Luna y en posesión de una teoría mejor que la de sus predecesores acerca de la órbita solar, Hiparco pudo conseguir satisfacer una de las principales exigencias de la astronomía antigua: la predicción de eclipses, cuestión que para los griegos, antes de Hiparco, constituía un serio problema, ya que tan sólo contaban para desarrollar sus predicciones sobre eclipses con el método del saros de los babilonios.
Los sucesores de Hiparco trataron de representar los movimientos planetarios mediante complejos movimientos circulares, y fue mucho más tarde, en tiempo de Claudio Ptolomeo (alrededor de¡ año 150 dC) cuando la teoría planetaria de la antigüedad adquirió su forma definitiva. Según ella, la Tierra descansa en el centro del universo; los movimientos del Sol y la Luna en el cielo se pueden representar bastante bien por trayectorias circulares. Ptolomeo describió el movimiento de los planetas utilizando la compleja teoría de los epiciclos. La obra de Ptolomeo la conocemos a través de la versión árabe del Almagesto. Las traducciones y comentarios del Almagesto constituyeron las fuentes básicas del primer texto occidental de astronomía, el Tractatus de Sphaera de Johannes de Sacrobosco, un inglés de nacimiento que enseñó hasta su muerte, ocurrida en l256, en la Universidad de París. Hacia fines del siglo XV Cristóbal Colón descubrió América, y pocos años más tarde Copérnico planteó el punto de vista heliocéntrico del movimiento de la Tierra.



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